EL FILO DE LA PALABRA
Filo de acero tiene la guadaña,
en las noches de luna,
cuando sale la parca
buscando víctimas
para cerrar su última página
También la navaja,
en manos diestras,
aunque su hoja sea fina
hiere, corta y destroza.
Pero no hay nada
tan afilado y cruel
como la palabra no deseada.
Esa que nos tortura
con machacona constancia,
esa que con maldad se dispara,
y nos da de lleno en la diana.
Duele más... que la espada
que nos ataca por la espalda,
más que la puntiaguda lanza
con la que el enemigo
se ensaña.
La palabra tiene doble filo,
el tierno y mimoso
en su forma más amable,
y que utilizamos poco;
y el filo suicida
de la palabra que pronunciamos
sin mirar a los ojos.
Palabra cortante y dura,
que hará sangrar el corazón,
a quien la reciba.
Ese filo malvado de la palabra,
guardarlo en el cajón de los silencios,
dando un suspiro... y con la boca apretada.
Elda 25 de Febrero de 2016
Jesús Gandía Núñez
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