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EL NIÑO TRANSMITE VIDA
Decidme, ¿existe algo más tierno
que la carita de un niño durmiendo?
¿Es posible aguantar su inocente mirada
sin que se convulsione nuestro cuerpo?
¿Quién no se derrumba de contento
cuando el niño le llama...abuelo?
¿Sabeis que la carcajada de un niño
rompe el hielo antes que la fragua?
¿Que un niño pequeño nunca miente
hasta que crece y es el miedo quien le amenaza?
¿Hay amor más grande y generoso
que el de una madre cuando lo amamanta?
¿Existe mayor dulzura
que el abrazo de una criatura?
¡Son los niños la frescura de la vida!...
¡el único amor que no traiciona!
¡Es su aroma el que adereza y suaviza, la locura
de soportar, tanta crueldad e injusticia adulta!
¡Debemos conseguir con firmeza y sin prisa
que los niños crezcan sin perder su sonrisa!
¡Que siga su piel suave y tierna, sin cicatrices,
evitándoles guerras y miserias!
¡Que podamos seguir mirándolos a los ojos
sin disculparnos de tantas torpezas!
Y aunque se hagan mayores
¡abracémosles sin verguenza!
¡querámosles!... como si siguieran siendo
aquellos benditos retoños llenos de inocencia.
El da 9 de Febrero de 2016
Jesús Gandía Núñez
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