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Restaurante «El recalentón»
Señoras y señores:
bienvenidos al restaurante
de las delicias y las pasiones:
pasen y se acomoden;
cubran con sus posaderas
esas sillas llenas de vibraciones.
Con sólo apretar
el botón intermitente,
notarán hermoso cosquilleo
desde el pié hasta la frente;
quedando al descubierto
sus más turbios pensamientos,
preparando su cuerpo,
para los jurgos más eróticos.
Tenemos de entrantes
salpicón de almejas cantoras
encadenadas a hermosos espárragos del Botero
y salpicadas de cerezas caramelizadas,
con las que Velázquez,
seducía a las tímidas meninas,
sonrojadas y escandalizadas.
De primer plato pueden gustar las señoras,
o también...si algún varón se atreve:
nabo confitado de Villena,
¡de calidad extrema!
montado sobre cama de huevos
empollados y criados en buena granja,
adobados con elixir sabroso,
importado por expertas manos,
que tras algunas pruebas y catas
trajimos de oriente cautivados.
También hay a disposición de los señores,
o hembras con el mismo deseo:
zarzaparrilla de ostras saltarinas
que harán que se chupen...los dedos
si las saborean cerrando los ojos.
Tenemos de segundo Churrasco;
¡¡¡pero qué churrasco señoras!!!
churrasco de entrepierna
que chorrea aromas del campo;
lo acompañaremos de dulces milongas,
para que las compartan durante la cena,
con la avaricia del matrimonio
cuya mujer acaba la "cuarentana"
También tenemos pelota
y langosta abierta y sabrosa,
que rociada con vino blanco,
dará consistencia
a un plátano templado
por manos cariñosas
y que serviremos de inmediato,
antes... de que se vuelva blando.
Los postres son variados:
tetillas a la doncella,
lametones a la bilbaina
o huevas de lenguado
todas escarchadas con chocolate
para eliminar... el sabor a salado.
Se podrá tomar café sólo o con leche
dependiendo si ha habido orgasmo,
o incluso añadir cremosa leche
clasificada (S) y con sabor anisado,
de la cosecha que esta madrugada,
aportó... la buena de Sara,
la dulce criada,
del Marqués de la Manada.
Si se sale satisfecho
el precio será el pactado.
Y se puede repetir cualquier plato,
sin el menor recato,
siempre que al final se ponga el trasero
a disposición de Gino
el felino y... sutil cocinero.
ELDA 9 de abril de 2017
Jesús Gandía Núñez
