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Coloquio entre vecinas
¡Hola vecina! a los buenos días.
Parece que esta noche ha sido larga;
tienes ojeras hasta en los tacones.
Mas bien corta diría yo
mira como me tiemblan las piernas.
Y ¿a qué se ha debio tanto alboroto?
Na y mucho, que anoche ligué en el metro.
Y sólo por curiosidad
¿se puede saber algo más?
Pues na que el muchacho estaba deprimio
y me dio tanta pena que lo invité a casa.
Na, pa tomar un café y un licorsito.
Y... sólo eso...
Bueno, luego se me puso a llorar
que había roto con su novia
y que él sin ella no podía estar.
Así que me dio tanta pena
que lo tuve que abrazar
y le dije desahógate conmigo
pero deja de llorar.
Y no se lo pensó;
me puso cara a la luna
sin compasión ni piedad
y como una... está algo necesitá,
me vino como anillo al dedo,
me solté la bata
y me entregué a su consuelo.
Cumplió el muchacho con mérito,
a pesar de estar deprimio,
le dije... que si se veía otra vez agobiao,
aquí tendría seguro consuelo.
Y le brindé la noche a mi Luis
que sabes que ya hace un año que falta.
y no puedo vivir sin él...,
aunque con ésta medicación,
probablemente mejorará mi enfermedad.
Pues, no sabes cuanto me alegro vecina,
pero la próxima noche por favor,
cuando acabéis la función
no lo hagáis tocando la trompeta y el tambor.
ELDA 22 de Abril de 2017
Jesús Gandía Núñez
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