Chuspamontes,CEEmontes

sábado, 22 de abril de 2017

Piropos (de un albañil encendido subido a una escalera) Para mayores de 18 años

242




241

 Piropos
 (de un albañil encendido subido a una escalera)

A donde vas tan deprisa morena,
no ves que al cruzar la calle
te has dejado el trasero en la otra acera.

Escúchame preciosa...
aunque estoy subido en la escalera,
pierdo el sentido
si me enseñas tu veleta.

Mira para arriba muñeca
y que tus pestañas abran sus alas,
que tengo la pista de aterrizaje,
preparada para enamorarlas.

Diosa de mis amores,
no te pierdas esta obra de arte,
deja que tus ojos gocen
estos cimientos con tan buena forja.

Ajá, que autobús
hasta sin cinturón,
sería un primor,
viajar agarrado
a tu tren superior.

 Estoy tan chalaito por ti
que doy con cariño el cemento
creyendo que tú eres el ladrillo.

¡Niña! anda más despacito
que me de tiempo a devorarte
antes que termine el edificio.

Celoso...celoso estoy de la acera,
que con tanto garbo pisas,
tendré que convertirme en alfombra
para gozar de tus pantorrillas.

Ten cuidado con esa trenza
no se te enganche en la esquina,
que tengo un anzuelo colgando,
esperando por si alguna pica.

Llevas tanto brío y tanto aire,
que voy a montarte un molino,
para que sea él el que gire y a mis ojos
les de tiempo a desnudarte.

Vas llenando de aromas
la calle de mis sudores
para que sea leve mi pena
de no poder acompañarte.
Pero si tú me lo pides
soy capaz para conseguirlo...
¡hasta de ducharme!

No seas tan presumida
y echa una mirada arriba
que tengo un hermoso mortero
que puede cubrir cualquier agujero.

No me ignores preciosa
que estos churretones que suelto
son lágrimas de cemento
que se convierten en versos
cada vez que pasas por mi obra.

Que sepas que el día que tú no vienes
mi corazón bosteza
y hasta los ladrillos zozobran.

Eres circuito de formula uno;
y en esas curvas tuyas,
derraparía yo...hasta sin ruedas.

Menudo chorro echaría mi botijo
si tú fueras mi fuente de agua fresca.

¡Olé ese molde de tu madre! morena,
que no hay estatua ni escultura,
con tanto salero y delantera.

Cada vez que cruzas la avenida
se encienden las farolas,
el semáforo se sonroja,
el guardia hace palmas
y a mi se me empina... la plomada.

Y es que brillas como un lucero;
más que, en semana santa,
el cirio de la procesión del silencio.

Échame una mirada chiquilla,
para que sienta como tus labios
suben por la escalera
y me acarician hasta las entretelas.

ELDA 21 de Abril de 2017
Jesús Gandía Núñez









































































No hay comentarios:

Publicar un comentario