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TOLO, EL OSITO CON
VÉRTIGO (Cuento infantil)
Maika era una niña que
tenía muchos muñecos y casi siempre la acompañaban durante sus juegos, pues al
no tener hermanos, se divertía con ellos. Pero había uno en particular que era
el osito Tolo, que estaba recubierto de una tela de terciopelo y a Maika le
encantaba el contacto con aquel muñeco, eran inseparables y siempre dormía
abrazada a Tolo.
El osito tenía unos ojos
transparentes que parecían de verdad, miraban con fijeza y al menor movimiento
parecían sonreir, quizás esa característica fuera la que lo convertía en el
juguete más deseado para Maika.
Pero un día su mamá vio
que el muñeco, estaba sucio de estar siempre rodando por el suelo y lo metió en
la lavadora.
Cuando Maika llegó del
cole, lo buscó por todas partes sin poder encontrarlo y le preguntó a su mamá
si lo había visto por algún sitio. Cuando su madre le contestó que estaba
lavándose en la lavadora, la niña creyó que nunca más lo iba a volver a ver y se
puso a llorar a lágrima viva al darse cuenta de las vueltas que daba Tolo
dentro de la lavadora con la cabeza para abajo.
Al final, su madre la
pudo convencer de que no pasaba nada y en cuanto se secara al sol, podría
volver a jugar con Tolo, Se calmó Maika y pudo ver como su mamá lo tendía en la
cuerda con dos pinzas, pero el osito tenía los ojos completamente cerrados,
mareado de tantas vueltas que había dado en la lavadora.
Pero en cuanto Tolo pudo
abrir los ojos y se vio allá en lo alto, pendiente de una simple cuerda, empezó
a gemir y a llorar, hasta que atinó a decir que le daba vértigo aquella altura.
Así que la niña se precipitó hacia su mamá para que lo descolgara y lo pusiera
a secar donde se sintiera más seguro. Lo dejó secándose sobre una silla en el
balcón y Maika siempre estuvo pendiente para que no le ocurriera nada..
Y eso es lo que debemos hacer
con los que consideramos nuestro mejores amigos, cuidar de ellos, cuando más
nos necesitan.
Elda 4 Mayo 2021
Jesús Gandía Núñez
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