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MAESTRA POR VOCACIÓN (Cuento infantil)
Guille estaba encantado con su
profesora Luisa. Era una joven dinámica y atractiva, con larga cabellera rubia
y aptitud muy positiva. Al contrario que Doña Ángeles, la del curso anterior,
que le pareció muy retorcida, y apenas le pudo apreciar ni una simple sonrisa
en todo el año, y parecía que le debían algo.
Pero volvamos con Luisa. Ella les
regalaba una sonrisa tras otra. No había clase igual que la del día anterior,
no paraba de inventar historias, porque leía mucho y lo compartía. Todos los
compañeros de Guille, hasta los más conflictivos, la querían y, aunque solo
fuera por eso, la obedecían. Pero a medio curso se puso malita y la clase se
revolvió contra su sustituta Diana, que sin tener culpa de nada, lo pasó muy
mal el resto del curso.
A los niños en el colegio no les
dijeron nada, pero a Guille y a otros niños sus papás les contaron que Luisa
había cogido una enfermedad rara, y que sería muy difícil que volviera a la
escuela.
La noticia corrió entre los compañeros
de Guille como la pólvora, no podían creer que Luisa, tan dinámica y llena de
vida, que para ser un ángel solo le faltaban las alas, pudiera estar tan
malita.
Aunque solo tenía nueve años,
Guille propuso a la clase que podían hacerle una visita a su casa, con permiso
de sus papás. Y todos aceptaron. Sin haberse puesto de acuerdo, casi todos
aparecieron en el lugar acordado, con flores y diversos dibujos y regalos.
No os podéis ni imaginar lo que
está acción representó para Luisa. En principio fue una fuente de lágrimas,
pero a continuación los fue abrazando y besando a todos y para cada uno tuvo
una frase muy especial dedicada. Aquel día, supuso para la maestra una
inyección de alegría, que le ayudó a superar el momento tan delicado que había
torcido su vocación por la enseñanza. Y para los alumnos fue una gran lección
de solidaridad y ternura que jamás olvidarían.
Guille estaba tan contento que no
cogía dentro de su uniforme, porque todos se presentaron ante Luisa, como si de
una clase más se tratara. Y aprendieron que la solidaridad es una inmensa
fuente de energía.
Seamos
generosos con aquellos que nos necesitan.
Elda 11 noviembre 2022
Jesús Gandía Núñez
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.
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