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MUY CIERTO
Que la vida se apaga sin hacer concesiones;
cuando llega la parca con su afilada guadaña
y de un tajo cercena nuestras ilusiones.
Qué poco, separa la vida de la muerte,
tan sólo el cruce de una calle,
pequeños errores en cadena
o una maldita bacteria.
Tanto que invirtieron nuestros padres
para que tuviéramos una vida plena;
tanto que sufrieron por nuestros problemas
y al final nos vamos con carita de pena.
No espero ser diferente a nadie,
sangro por la herida que tengo abierta,
por todos los que me faltan,
pero muy orgulloso de mi casta.
Y cuando llegue mi momento de gloria,
seré consciente, que ha valido la pena
la brava lucha de esta vida anodina
Y tendré presentes a todos en mi memoria.
ELDA 8 de Marzo de 2016
Jesús Gandía Núñez
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