Tobogán vertiginoso

307

Tobogán vertiginoso

Me hallo sumido en un tobogán

por el que me deslizo con miedo;

tendré que llegar al final sin remedio.

Ahora comprendo el mal genio de los enfermos

con fuertes dolores y movimiento precario.

Saldré del tobogán con voluntad y garra,

tomaré las medidas que hagan falta,

y volveré a recorrer mis montañas.

Nada se interpondrá entre nosotros

volveremos a ser compañeros al alba,

y veremos la salida del sol cada mañana.

Aguantaré carros y carretas que haya en el camino

lucharé con la fuerza de un oso rabioso

hasta conseguir que este cuerpo se mueva pronto.

Entre tanto este tobogán que me acobarda

me precipita a un abismo de conformismo

que me resulta anodino y odioso.

He paseado mi pompis,

por todos los sanadores de la comarca,

lo han dejado de tantos pinchazos

como un colador agujereado.

Sin embargo no siento ya lo pasado,

sino lo que me queda por enseñarlo.

Triste se presenta este otoño estando estropeado

pero no creo que sea tan cruel como fue el verano;

tengo la ligera impresión que hemos tocado fondo.

Sueño despierto con reponerme pronto,

con volver a recorrer senderos frondosos,

y ver el fruto de la tierra convertido en hongos.

Estoy convencido que el tiempo lo arregla casi todo.

Elda 30 de septiembre de 2017

Jesús Gandía Núñez

Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.

A dos aguas

306

A dos aguas

Tengo en dos amores dividido mi cuerpo.

En la fantasía del mar

y en las montañas de tierra adentro.

Me fascinan las historias

 de bajeles de piratas y veleros

y sus terribles desencuentros.

Me enamoran las montañas

y sus serpenteantes senderos.

Escucho todavía en las bodegas de los puertos,

bravatas exageradas de los marineros.

Y los montañeros cuentan

que rozaron la muerte

en las afiladas aristas que subieron.

Tengo dividido mi pensamiento.

Ni sé si buscar las bellas sirenas

 que cuentan en los puertos,

o si subir a la montaña

que rechazó mi primer intento.

Mejor me pierdo en el desierto.

Y así dejo de escuchar cada día

ilusiones baldías, mentiras y cuentos.

Tengo mi alma dividida en dos pueblos.

Uno que vive sumido en un sueño

y el otro que a la fuerza

quiere interrumpirlo para no perderlo. 

No puedo seguir oyendo

a unos y a otros con tanto odio e improperios.

Con esta sociedad partida

yo me perderé mar adentro

o en la incertidumbre del desierto,

donde las olas o las suaves dunas,

den sosiego y reposo a mi cuerpo.

¡No deseo ser mudo testigo

del triste y negro futuro

que nos auguran ciegos y tuertos!

 ELDA 30 septiembre de 2017

Jesús Gandia Nuñez

Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.

Se oyen voces...

  305

 Se oyen voces

Cuando el crepúsculo da fin a la tarde

se oye un murmullo en la terraza;

una colocasia habla con un geranio:

"Sabes que tu flor es muy hermosa"

y el geranio agradecido de su flor roja

contesta a la colocasia

"pues gracias a la sombra de tus hojas

se libran mis tallos del sol que abrasa"

Entre tanto entabla conversación el galán

dirigiéndose al níspero:

"¿supongo que disfrutas de mi aroma"?

pero el níspero agrio como el limonero

le contesta de mala forma

"aburres, siempre con esa olor a ciruelo"

"no soy ciruelo, sino galán de altos vuelos"

A esto, un pino de ancha talla pero enano

le ofrece una piña a su compañero delgado;

éste se esfuerza en darle las gracias al pino

y muy amable acepta la piña el ciprés alto.

Están los adornos coqueteando con las campanillas

que enredándose en los alambres se asoman a la calle;

diciéndo"pues hoy luzco flores de color anaranjado"

y la enredadera desordenada y rastrera le contesta:

 "fíjate como lucen mis campanillas violetas"

Las tomateras llenas de tomatitos cherri,

junto al apio verde, alardean de su cosecha.

La kentya y el palo del Brasil filosofan

a cual de los dos es superior en belleza.

Mientras, las hortensias se entretienen

contando las flores del gran rosal rojo,

que vanidoso este septiembre se pavonea

y las hortensias le dicen " que en mayo serán mas bellas"

Por otro lado discuten el perejil y la hierbabuena

"A ver quien tiene el verde más intenso"

"desde luego, dice el perejil yo soy un verde de más altura"

y la hierbabuena contesta:
   "pero mi verdor es tan intenso y aromático que a todos embelesa"

Hay una maceta de sombrero Vasco

que interpreta una canción norteña

y entusiasmada la yuka, de su voz de tenor,

le aplaude con palmas sonoras.

La planta del dinero se sofoca

cuando la parra le deja caer en sus hojas

granitos de uva que el viento corta.

Esta terraza se ha vuelto loca

había oído que las plantas hablaban,

pero nunca creí entender sus palabras;

así que la noche que las riegue

intentaré animarlas a que canten conmigo

todas a coro una linda serenata.

Elda 26 Septiembre 2017
Jesús Gandía Núñez

Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.

S.O.S.

304

 S.O.S

Cuando se extiende por tus venas un veneno

y paraliza músculos y nervios,

te sientes como dentro de un torreón negro.

Aislado, desolado y yermo;

intentas mover en vano tu cuerpo

pero no responde dolorido y en silencio.

Como si eslabones de cadena

te rodearan de pies a cabeza

y te apretarán con inusitada fuerza.

Igual que el penado encadenado

en un castillo en su solitaria celda

vas viendo como el mundo gira

y tú inmóvil... lo miras con indiferencia.

¿Como romper las cadenas?

¿Qué elixir eliminará este veneno

que me provoca tanto dolor y penas?

ELDA 24 de Septiembre de 2017

Jesús Gandía Núñez

Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.

Entre la niebla

303

Entre la niebla

Así andamos los españoles

con una niebla muy espesa.

Ya se que es propia del otoño,

pero este año nos ciega.

Tiempo de caminar despacio

buscando encontrar referencias;

casi palpando cada tramo

porque el batacazo está cerca.

¿Como se nublaron mis ojos

con tanta indiferencia?

¿Como nadie detuvo

los primeros gritos de independencia?

Ahora todo lo cubre la niebla;

nadie somos conscientes

del futuro que nos espera.

¡Desde luego lágrimas y penas!

Niebla... siempre habías sido buena

y sucedáneo de la lluvia escasa;

levanta este manto de turbulencia

y deja que la luz aclare las ideas.

Que se hable y se llegue a acuerdos

que se dejen de leyes y atropellos.

La comunicación es necesaria

para una larga convivencia.

Todos somos culpables de esta niebla

unos por inhibirnos bajo ella

otros porque, entre ella, esconden sueños de grandeza,

y muchos...engañados por distorsiones históricas.

Yo sigo paso a paso palpando las piedras

casi agarrándome a los muros con fuerza

creyendo que la sabiduría se impondrá

con el tiempo al poder y la intransigencia.

ELDA 21 de Septiembre de 2017

Jesús Gandía Núñez

 

Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.

Sin bandera

302

Sin bandera

Tras 80 años de camino tortuoso

y una generación sin apego a la bandera

nos encontramos por caminos separados

con un mástil solitario y la tela desgajada a trozos.

Avergonzados la mayoría de nuestra enseña

hemos permitido que la vilipendien,

que la pisen, que la ultrajen y la quemen;

¡Nunca se defendió como se merece la bandera!

Ahora surte efecto en nuestras tierras

el veneno que con sutil destreza

han inoculado a los jóvenes cachorros

personajes que sueñan con la independencia.

Y como siempre olvidados de nuestra bandera

y su ausencia de prestigio en nuestra patria,

echamos manos a los jueces para resolver la papeleta

de un problema enquistado y sin solución inmediata.

Sin bandera que nos una,

sin proyecto que ilusione,

con políticos de ala corta

y fanáticos de mentira histórica

llegamos a este abismo que nos separa.

Unos encendidos por la leña

de una dirigida enseñanza;

otros acomodados en leyes y ordenanzas

que quedaron hace años caducas y anticuadas.

Los más, callados siempre... como si nada importara.

Sin bandera, sin ilusión por la patria.

Nunca seremos un pueblo unido en España.

Tan sólo un puzzle con larga cuerda

de la que de tanto tirar puede que se parta

y acabemos... devolviéndonos las cartas.

Vallirana 15 de Septiembre de 2017

Jesús Gandía Núñez

Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.

Se rompe la piel de toro

301

Se rompe la piel de toro

Hace tiempo que está cuarteada.

Los políticos creyeron que con democracia

y un simple barniz de autonomía

quedaría tersa y uniforme la piel de España.

Ilusos oradores y charlatanes

que con disposiciones y palabras

confiaron en que esa tela ultrajada

resistiría los envites de las masas radicales.

Primero fueron algunos vascos,

que autosuficientes de su hombría,

probaron con atrocidades de locos

sembrando el terror en su patria.

Cuando éstos están de vuelta,

de errores tan graves,

y vuelven a la convivencia

con la España que para acallarlos paga;

son parte de catalanes, sin orden ni concierto,

y radicales de la estelada,

los que atropellan la democracia

y pisotean la bandera de España.

Delicada y vieja piel que nos cobijas,

necesitas una buena capa de grasa,

 que te preñen de elasticidad sabia

y que tus extremos sean remos de avance

y no alas que se abaten en retirada.

Que no se rompa esa piel de toro

que beneficia con su unidad a todos.

No sea que por tener nación remozada

algunos se queden esclavos en su triste coraza.

Elda 13 de Septiembre de 2017

 Jesús Gandía Núñez

 

Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.

 

Espinas y rosas

 300

  Espinas y rosas

Espinas de rosales me mandaron los vientos.

Resignado aguanté las inclemencias del tiempo.

Ahora ha pasado por mi lado un lucero

y ha impregnado de energía mi cuerpo.

Floto como una pluma,

atraído por su tierno cuerpo,

me ha llenado el alma de aire fresco;

como un relámpago que te ilumina

ha llegado al fénix la luz que me encariña.

Lleno mis actos de delicadezas

disfrutando de sus abrazos,

comiéndomela con los ojos,

buscando en su mirada cristalina

la ausencia todavía de palabras.

Ha llegado un lucero

que brilla más que el oro

no puedo remediarlo

me rindo y ante ti me postro.

Las espinas son ahora rosas

y sus pétalos bellos aromas;

¿como cambian los vientos

si un lucero ilumina tu sombra?

San Juan 10 de Septiembre de 2017

Jesús Gandía Núñez

 

Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.

Baño o tragedia

299

 Baño o tragedia

Quizás último baño del verano,

algo que septiembre siempre tiene a mano.

y hay que reconocer su encanto.

Agua transparente y clara,

bandera verde,

y poca gente en la playa.

Un baño de septiembre

equivale a treinta de agosto

sufriendo con tanto humano.

Me estoy acordando de Myami,

aquí gozando del Mediterráneo

y allí y en el Caribe sufriendo y rezando

Pobres los humildes jornaleros

que son los que se han quedado,

porque los pudientes volaron

en cuanto sonó el primer silbato.

No les deseo mal a ninguno

sólo me preocupan unos mas que otros.

porque los desamparados

serán como siempre los mas castigados.

Podemos sentirnos dichosos

de este mar que nos protege

de los ciclones del océano.

Pero siento que con la brisa,

me llega un halo de tristeza,

del sufrimiento de esas gentes

que se aloja en mi conciencia.

Simplezas del destino,

según donde te encuentres,

baño extraordinario

o zozobrante tragedia.

San Juan 10 de septiembre de 2017

Jesús Gandía Núñez

Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.

Colores

298

Colores

                                     

Sublime el color que me rodea.

Idóneo para el pincel del artista,

que desliza, con arte y maestría

las lineas que su obra delimita.

Hoy se disputan el cielo y el mar

un azul de belleza astral.

El horizonte los parte en dos

repartiendo tonos por igual.

Pinceladas de gaviotas y veleros

que dan vida a un lienzo verdadero;

lienzo de barcos, espuma y olas

que susurran viejas historias.

Colorido marino envidiable,

brisa salobre y reconfortante

que envuelve de tonos suaves

el contorno de este bello paisaje.

Enmarcan al norte las montañas

con recortes grises verticales;

y terminan sus roquedos rompiendo

en un mar que las amordaza y traga.

Lienzo fresco y lleno de colores

limpio y de luces brillantes.

Marco que representa un instante

y éxtasis por el primor que logra.

Ponle calor a tu vida

dándole color al paisaje.

Nunca desistas...

de pintar sueños al aire.

San Juan 10 de septiembre de 2017

Jesús Gandía Núñez

 

Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.

Vinalopó

297

Vinalopó

Tan cristalino en la Coveta,

tan enérgico y fluido en tu inicio;

 antes y después de Bañeres

 hasta... salvaje y deseado.

Te recibimos en Elda, triste y desafortunado,

tan sólo ya tu nombre es sonoro,

y el cemento te ha esclavizado,

condenado a muerte certera

con un simple hilo de vida en tus venas.

Río Vinalopó, de tan gratos recuerdos,

cuando la juventud se bañaba

en las charcas y pozas

bajo los gigantescos taráis del pantano.

Ahora pasas desapercibido y silencioso,

avergonzado de tu estado precario,

esperando, no se si una riada

o simplemente un milagro

para volver a ser temido y admirado.

Sólo nos queda el cauce amplio

que con los años has formado

y aunque los jardines abandonados,

definan lo poco que te cuidamos,

la cinta de verdor que te recorre

es lo más positivo de tu huella.

Lástima Vinalopó bravo,

sé que tu hilo de agua delicado,

no son más que lágrimas de río olvidado.

ELDA 8 de septiembre de 2017

Jesús Gandía Núñez

Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.

Dándole el pasaporte

296

Dándole el pasaporte

He pasado el verano

 con una «mantis peligrosa».

Me ha seguido del sofa a la cama,

me ha tenido secuestrado en casa.

Me controla lo poco que hago,

nunca creí en un amor tan amargo.

Es probable que diera motivos a la «mantis»

para que me sedujera de esta forma.

Pero he llegado a un punto

que tanto amor me desborda.

Ha acabado con mi ironía,

no me queda ni un resquicio de venganza.

He visto el mar desde la lejanía,

encelado con la «mantis» en la ombría,

como un pulpo embarazado de pez espada.

He sufrido sus acosos diarios,

dejándome sin voluntad sus abrazos,

como ave desplumada.

No creais que no he luchado,

hasta la he atacado con crueles jeringuillas,

que hartas de la risa que le daba,

me pedían que cediera y que la amara;

que es mejor ser condescendiente

que rechazarla y su amor se inflamara.

Estoy en un impás que devoro;

son ya dos meses de amor como una moto,

quizás dándole cariño y mimos a tope,

sea un buen plan B en la práctica

y en cuanto se descuide y se relaje

acorralaré con mi artillería y sin piedad a la Ciática.

San Juan 5 de Septiembre de 2017

Jesús Gandía Núñez

Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.