307
Tobogán vertiginoso
Me hallo sumido en un tobogán
por el que me deslizo con miedo;
tendré que llegar al final sin remedio.
Ahora comprendo el mal genio de los enfermos
con fuertes dolores y movimiento precario.
Saldré del tobogán con voluntad y garra,
tomaré las medidas que hagan falta,
y volveré a recorrer mis montañas.
Nada se interpondrá entre nosotros
volveremos a ser compañeros al alba,
y veremos la salida del sol cada mañana.
Aguantaré carros y carretas que haya en el camino
lucharé con la fuerza de un oso rabioso
hasta conseguir que este cuerpo se mueva pronto.
Entre tanto este tobogán que me acobarda
me precipita a un abismo de conformismo
que me resulta anodino y odioso.
He paseado mi pompis,
por todos los sanadores de la comarca,
lo han dejado de tantos pinchazos
como un colador agujereado.
Sin embargo no siento ya lo pasado,
sino lo que me queda por enseñarlo.
Triste se presenta este otoño estando estropeado
pero no creo que sea tan cruel como fue el verano;
tengo la ligera impresión que hemos tocado fondo.
Sueño despierto con reponerme pronto,
con volver a recorrer senderos frondosos,
Estoy convencido que el tiempo lo arregla casi todo.
Elda 30 de septiembre de 2017
Jesús Gandía Núñez
No hay comentarios:
Publicar un comentario