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Sin bandera
Tras 80 años de camino tortuoso
y una generación sin apego a la bandera
nos encontramos por caminos separados
con un mástil solitario y la tela desgajada a trozos.
Avergonzados la mayoría de nuestra enseña
hemos permitido que la vilipendien,
que la pisen, que la ultrajen y la quemen;
¡Nunca se defendió como se merece la bandera!
Ahora surte efecto en nuestras tierras
el veneno que con sutil destreza
han inoculado a los jóvenes cachorros
personajes que sueñan con la independencia.
Y como siempre olvidados de nuestra bandera
y su ausencia de prestigio en nuestra patria,
echamos manos a los jueces para resolver la papeleta
de un problema enquistado y sin solución inmediata.
Sin bandera que nos una,
sin proyecto que ilusione,
con políticos de ala corta
y fanáticos de mentira histórica
llegamos a este abismo que nos separa.
Unos encendidos por la leña
de una dirigida enseñanza;
otros acomodados en leyes y ordenanzas
que quedaron hace años caducas y anticuadas.
Los más, callados siempre... como si nada importara.
Sin bandera, sin ilusión por la patria.
Nunca seremos un pueblo unido en España.
Tan sólo un puzzle con larga cuerda
de la que de tanto tirar puede que se parta
y acabemos... devolviéndonos las cartas.
Vallirana 15 de Septiembre de 2017
Jesús Gandía Núñez
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