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URBANIZACIONES DE VERANO
Menudo cambio de vida para los niños;
acostumbrados a estar recluidos a diario,
cuando llegan las vacaciones de verano
vuelan como pajarillos de su nido;
y sólo aparecen cuando el pienso les
reclama.
Forman pandillas por edades
y siguen al niño que los lidera;
se pierden en la gran colmena
jugando o haciendo maldades.
Hay que ponerles horarios
para que fichen de vez en cuando
porque olvidan hasta que tienen padres.
Lo que no inventa uno
lo aprende el otro del hermano
y hasta los más peques
tienen sus buenos guateques.
Miedo me da cuando vuelvan a clase
como caballos desbocados,
tendrán los profesores que remar como
esclavos,
para volver a poner a estos potrillos… de
uniforme.
Canet d’en Berenguer 21 Julio 2019
Jesús Gandía Núñez
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