1766
EN
BLANCO
Un
comando de palabras atropelladas
se
precipitan muy desordenadas
sobre
mi escaso y torpe cerebro de mosquito.
Trato
de poner entre ellas disciplina,
pero
se revelan como niños,
cuando
salen al patio de la escuela.
Intento
con calma, ser reflexivo
y
con parsimonia y rutina
comienzo
una nueva escritura.
¡Nada,
nada, no hay manera!
Unas
palabras saltan a la comba
y
otras juegan a la gallinita ciega.
Al
final me uno con nostalgia al grupo,
para
pasar desapercibido en este día,
con
un poema sin moraleja, ni rima.
Aún
así quiero poner mi granito de arena
sobre
este maravilloso otoño,
que
es el único, que puede dar colorido al poema.
Elda
11 Noviembre 2021
Jesús
Gandía Núñez
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