1778
LA FUERZA DE UN CONSEJO
Tras
la rotura con su amada,
se
sentó el joven en el suelo
y
secó sus lágrimas con el pañuelo;
no
esperaba aquel despiadado mazazo,
que
con despotismo le asestó Laura.
Una
chica caprichosa y volátil,
que
a pesar de la generosidad del joven
jamás
agradeció sus desvelos;
Jaime
hundido y pesaroso,
cubrió
su tristeza con las manos
y
con los ojos cerrados,
recordó
las palabras de su abuelo:
“Cada
caída te hará más fuerte”.
Se
levantó y cambió de pensamiento,
quizás
Laura no le convenía,
él
era muy joven y aún estaba a tiempo
de
encontrar su media naranja.
A
partir de aquella noche, cambió su vida,
arrancó
aquella funesta página,
de
un primer amor que fue vana esperanza,
y
volvió a ser el chico alegre de la pandilla.
Elda
23 Noviembre 2021
Jesús
Gandía Núñez
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