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Marzo tiene la llave
Se marchó febrero tieso
con heladas y nieblas;
y sin aviso ni permiso
se instaló en marzo
la alegre primavera.
Le abrió la puerta marzo
con su llave maestra;
laten con fuerza los corazones
y en las oscuras esquinas
se oyen besos a escondidas.
Por las calles hasta ahora solitarias,
se escuchan gritos y algarabías.
Y la melancolía, abandonada,
ha tenido que emigrar desconsolada.
Se acabó la tristeza
se terminaron las penas
ya huelen los montes
a salvia y mejorana.
Las terrazas verdean
sus plantas más bellas
y en los parques florecen,
apasionados colores,
que en los jóvenes provocan
sarpullidos de amores.
ELDA 2 de Marzo de 2017
Jesús Gandía Núñez
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