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Vuelta a lo cotidiano
Ya no se escuchan los timbales
ni los cascabeles ni las panderetas,
ya se acabaron los petardos
y las prisas por coser los trajes.
Vuelven a estar las calles limpias
de latas y porquerías.
ya no se pegan al suelo las zapatillas.
Hoy de nuevo, con la música en el oído,
la moral muy alta y el cuerpo malherido;
cada uno como un clavo en el trabajo.
Seguramente algo fallará en la línea,
porque andan las cabezas un poco perdidas.
Pero con el pecho henchido de alegría,
sólo se piensa en las fiestas venideras.
Anoche en la mayoría de casas
vomitaban maquillaje las tuberías.
El agua era la encargada,
de limpiar el insano rastro,
de cinco días de batalla.
Los mandamases festeros,
preparando el próximo acto.
Y los demás, vuelta a lo cotidiano.
Sería duro e insoportable,
si para la próxima media fiesta,
no estuviera ya...el día concretado.
ELDA 6 de Junio de 2017
Jesús Gandía Núñez
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