El monstruo de la noche
Es la noche obscena y amenazante;
convierte las
dudas
en problemas graves,
la soledad en sombría tristeza
y un pequeño dolor en miedo a la
muerte.
Todo lo agravan las noches;
las tinieblas la verdad disfrazan,
y son compinches implacables
de quien practica malas artes
o una imaginación malvada.
Cuando la noche es cerrada;
los demonios se instalan
en nuestra débil mente,
buscando víctimas propicias,
para iniciar su ataque.
Somos sensibles en la noche,
cuando todos las alertas
están bajo mínimos constantes
y cualquier pensamiento simple
se convierte en castillo de gigantes.
Sería bueno tener un filtro nocturno,
que analice los sueños,
y destierre las pesadillas,
antes que cunda el pánico,
y nos despierte un corazón hecho trizas.
Elda 26 de Marzo de 2018
Jesús Gandía Núñez
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