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El valor y el miedo
Cierto día acompañaban,
una ruta solitaria de invierno,
dos talantes tan contrarios
como el valor y el miedo.
Los dos eran la pesadilla
de aquel gran montañero;
El Valor le decía al Miedo:
¡No intervengas incrédulo,
que esto está hecho!
¡Nadie puede detenernos!
Pero el Miedo, reflexivo y atento,
le suplicó al Valor que se abstuviera
de dar ánimos falsos al montañero;
pues amenazantes la nieve y el hielo,
en cualquier pequeño descuido
podían poner en peligro
la vida de aquel aventurero.
Seguía el Valor expoleando
al bravo muchacho
y el Miedo reteniéndolo
con presentimientos ciegos.
Cuando los tres llegaron
al punto más álgido y peligroso,
el joven pidió ayuda a sus compañeros
y estos sólo le ofrecieron consejos
vanos.
Ni te confíes siendo atrevido
ni permitas que sea el Miedo tu
aliado.
Ambos te dejarán abandonado
en cuanto te acechen las dudas en algún
paso.
Moraleja
Ni Valor incontrolado,
ni Miedo de pánico;
sólo, reflexión calculada
y nunca ilusión desesperada.
Elda 4 de Marzo de 2018
Jesús Gandía Núñez
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