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ANTES
Y AHORA
ANTES
caminaba subido a andamios de rocas calizas,
dominando
paisajes de cuento de hadas,
con
valles verdes y ríos plateados como la ceniza.
Recorría
senderos y trepaba por roquedos de fantasía.
Sé
lo que es rendirse ante los peligros que nos acechan,
y sucumbir
ante terribles cimas, aun teniendo el objetivo cerca.
He
sufrido el viento y los fríos de las alturas blancas,
siempre
consciente de que la que manda es la montaña.
He
luchado contra la niebla que me envolvía en su tela de araña,
y contra
un granizo que perforaba mis entrañas.
AHORA
deambulo entre cemento y asfalto
como
un gran oso de circo;
sintiendo
como me oprimen los grandes edificios,
y
como le falta el aire fresco a mi garganta.
La
contaminación de la ciudad y los vehículos,
me
asfixian y muero un poco más cada día.
Necesito
que el sol, aunque sea de lata,
caliente
sin compasión mi triste cuerpo
y se
apiade de mí, la mala racha que me tiene como faro vigía.
Que
mis grandes logros me visiten a diario,
y alimentarme
de ellos cada día.
Pero
lo que no perderé nunca es la esperanza
de
recuperar a mis queridas montañas,
porque
las sueño cada madrugada,
y
las noches con su halo de confianza,
me
tienen… completamente enamorado.
Elda
17 Abril de 2019
Jesús
Gandía Núñez
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.
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