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COSAS QUE PASAN
Juntas, pero algo
reacias
más que caminar
galopaban
una hernia
esquiva
y una cadera
maltratada;
hasta que la
pierna que las sufría,
dijo por fin
basta.
Pidió ayuda al
fisio más afamado,
este las trató
con sumo agrado,
y modernos
adelantos:
que si agujas
electrónicas,
que si
inyecciones caras
de yoduro…nosequé
periódicas,
que dejaron a la
víctima y a la pierna impresionadas.
Y el fisio, les
fue dando largas…,
y sacándoles los
cuartos
y al ver que esto
era un atraco,
el paciente y la
pierna
le dieron puerta
al afamado.
Quedaron en manos
del matasanos,
especialista en
caderas,
y tras algún
tiento y ciertas pruebas,
diagnosticó
“prótesis de cadera”,
debido a que la
hernia, muy tuna ella,
se camufló lo que
pudo,
recibiendo
improperios de la cadera,
que la llegó a
llamar “traicionera”.
Pero la hernia
muy malvada,
siguió en su
escondite camuflada,
hasta después de
la intervención de cadera,
entonces dio la
cara,
y se puso en fase
seria.
A buena hora
apareció la culpable,
pues hubo de
sufrir el paciente,
otro ciclo largo
de espera,
hasta que por
fin, trincaron a la hernia.
Ahora conviven de
espaldas,
la prótesis de
cadera
y la hernia
remendada,
apenas si se
hablan,
porque una es
metálica
y la otra está
zurcida y condenada.
Ya veremos quién
de las dos
le come a la otra
la tostada
y degenera en una
nueva
intervención
quirúrgica.
Elda 26 agosto
2022
Jesús Gandía
Núñez
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