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EL PATITO
INTRÉPIDO (Cuento)
Zeus, era un
patito pequeño, como quien dice, recién salido del cascarón, pues aún no había
cumplido los cuatro meses. Vivía en una gran charca donde llegaba el agua de
una acequia.
El patito veía
que los adultos salían volando de la charca y no sabía a dónde iban, pero de lo
que estaba seguro, es que todos regresaban a la charca.
Allí tenía otros
amiguitos, unos más pequeños y otros un poquito mayores y Zeus siempre aprendía
de los jóvenes voladores.
Llegó el día que
intentó mover las alas y vio que se elevaba un poco sobre la charca, al igual
que intentaban hacerlo algunos de sus compañeros.
Confiado de ése
movimiento que tanto le divertía, se decidió a elevarse más y más, hasta que
cogió cierta altura y pudo divisar otra charca más pequeña que había muy cerca.
Y allí fue a aterrizar, aunque más que un aterrizaje, fue un chapuzón
barrigudo, vamos que se pegó un tortazo contra el agua impresionante.
Zeus casi tocó
fondo, pues era una charca poco profunda y al abrir los ojos se dio cuenta de
las lombrices que allí habían, y razonando, concluyó que esa era la razón por
la que muchos patos volaban a esta charca. Ya no tendría que estar esperando a
que regresará mamá pata o su papá, con alimento para él.
A partir de ese
día, junto a algunos de sus patitos amigos, emprendían una nueva aventura,
hasta que se hicieron cargo del entorno donde estaba su charca. A la que
siempre regresó Zeus con un vuelo elegante y por fin con un aterrizaje perfecto.
San Juan 8 agosto
2022
Jesús Gandía
Núñez
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