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Si nuestras madres nos vieran
No descarto una revolución masculina.
Hace tiempo que las mujeres tomaron
el mando;
Y es que no les hacemos falta para nada,
se arreglan sólas, mejor que
acompañadas.
¡Sin embargo, nosotros las
necesitamos,
como el aire que respiramos!
La revolución ya está en marcha,
los jóvenes apuntan maneras,
saben cocinar y fregar la casa,
sólo les falta un máster de plancha.
Los mayores lo tenemos más difícil,
ellas siempre nos atendieron como a
marqueses,
y cualquier trabajo oscuro y de poco
brillo
lo realizaban con sumo agrado,
sobre todo… para que la suegra no las
recriminara.
Claro que hace tiempo que se cansaron,
de tanto idólatra vago,
y de ser siempre fruto del menosprecio.
Y se subieron a lo más alto.
Ahora se sacan más títulos universitarios,
en los exámenes las mejores notas;
y en lo carnal… se conforman con un
gato,
que aunque también araña,
no se va de bares y come escaso.
¡Y hasta aquí hemos llegado!
o nos dejamos poner el cascabel
y somos sumisos como el gato,
o con la escoba en alto
les plantamos batalla y nos
revelamos.
Elda 23 de Abril de 2018
Jesús Gandía Núñez
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.
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