198
Gaitas clarinetes y pedo-nias
Cuando la dulce dama
se introducía en las sábanas
a las 3 de la mañana;
la cama conyugal
era un concierto
de clarinetes y gaitas,
que dirigía su esposo
con autoridad harta.
Era tan armonioso
el ritmo de la banda,
que al principio la señora
se sintió bien acompañada.
Pasaron los minutos
y la siguiente hora
y cuando ya desvelada
no pudo aguantar más
la noble dama;
con una sonrisa malvada
dio la espalda a su esposo
y le plantó batalla.
Comenzó una mascletá
con la artillería pesada
un gran y estrepitoso escándalo
que colmó su venganza.
De pronto el caballero
saliendo del profundo sueño
dio un salto de espanto,
silenciando al tiempo
clarinetes y gaitas;
intentando vislumbrar
por donde le llegaba
aquel ataque despiadado.
La fina y noble señora
retiró sus armas
con una fuerte carcajada.
No sin antes decirle al esposo
que se dejara de clarinetes y gaitas.
ELDA 1 de Febrero de 2017
Jesús Gandía Núñez
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario