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DESHOJANDO
LA MARGARITA
La
brisa me embadurnó de ti,
y
mi piel se convirtió en salitre
al
ver el vuelo de aquel buitre
cuya
sombra te arrebató de mí.
Mis
sentimientos cobraron alas,
me
trastornó aquel recuerdo
y
fui pájaro librado de la jaula,
que
quería volar desde el acantilado.
Solo
me detuvo tu voz cercana,
salvándome
del fatal destino
que
pudo acabar con la esperanza
de
alcanzar tu amor divino.
Desde
el vértigo de lo imposible,
te
pido que no me mortifiques,
que
no soy más que un imperdible
sujeto
a la vida, por un simple hilo.
Quiéreme
amor si te importo,
pero
si no me tienes cariño,
déjame
que salte al vacío
y
acabe con este cruel martirio.
Elda
8 Marzo 2021
Jesús
Gandía Núñez
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