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miércoles, 10 de marzo de 2021

PLIM, EL DUENDE TRAVIESO

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PLIM, EL DUENDE TRAVIESO

Había llegado la primavera a los bosques del Ordal y toda la flora estaba en auge. El matorral Mediterráneo comenzó a florecer y la arboleda se llenó de abejas y mariposas. Pero también salieron de las entrañas de la tierra los traviesos duendes que hasta ahora habían hibernado en lo más profundo de las cuevas.

PLIM, era uno de ellos, quizás el más travieso. Y aquel domingo mientras Irati andaba por el sendero que llevaba hasta la cabaña de sus amigos Unicornio y la loba buena, oyó unos silbidos a su espalda, pero cuando se giró para saber quién la llamaba, no pudo ver a nadie. Dio unos pasos más y volvió a oír el silbido, pero esta vez no se volvió, sino que se escondió tras una gran carrasca y desde allí vigiló quién le seguía.

Cuando apareció el duende PLIM, que era mucho más pequeño que Irati, ésta le gritó - ¿Qué es lo que quieres, que no paras de molestarme? –

Y el duende asustado le contestó - ¡Sólo quería ser tu amiguito!-

La niña no tuvo ningún inconveniente en aceptarlo y juntos siguieron camino de la cabaña de Unicornio y la loba buena.

El duende PLIM, al que le gustaba hacer muchas payasadas aparecía y desaparecía a cada momento invitando a Irati a que lo encontrara, y en esto estaban, cuando llegaron a la cabaña.

Salieron muy contentos Unicornio y la loba buena a recibirlos, abrazando a la niña y ésta presentó al duende PLIM a aquella pareja tan dispar. La loba buena, estaba preparando un sabroso guiso para la comida y los invitó a que se quedaran a comer con ellos y claro que aceptaron.

El duende hizo gala de las cualidades mágicas que tenía e hizo que de un momento a otro desaparecieran los platos de la mesa, e incluso que se hicieran visibles unas frutas tropicales que por allí ni siquiera existían y Unicornio hizo aparecer estrellas al medio día dando vueltas a la mesa.

Después de una gran jornada de fantasía con sus amiguitos, Irati y PLIM se despidieron de Unicornio y la loba y bajaron de la montaña cantando la canción de “Un elefante se columpiaba sobre la tela de una araña …”

Y así llegaron al jardín de la casa de Irati que le sugirió a su amiguito PLIM, que se podía quedar a vivir en su jardín. Pero el duende que era muy inquieto, le dijo - No te preocupes por mí, yo puedo vivir en cualquier sitio, encima de un árbol, detrás de una roca, entre un matorral, e incluso en el patio de tu colegio- y con una sonrisa se despidió de ella.

Así que Irati desde aquel día, siempre lo va buscando por todas las esquinas, entre los árboles, e incluso estando en clase, vigila por si se asoma PLIM por la ventana y le silva. Pero él siempre aparece cuando ella menos se lo espera y acaban jugando al escondite, que es el juego que más les gusta.

Y es que las montañas del Ordal, son tan mágicas, que en ellas conviven seres de distintas procedencias y razas en una armonía perfecta.

Elda 11 Marzo 2021

Jesús Gandía Núñez

 

 

 


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