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EL UNICORNIO ENCANTADO (Cuento infantil)
Érase una vez una niña de 4 añitos que le gustaba
salir a la montaña con sus papás y recorrer los barrancos y las cuevas.
Un día en una de estas cuevas, la niña descubrió un precioso
unicornio pintado en una de las rocas; era un unicornio espléndido y blanco,
que parecía estar oprimido por las paredes de la cueva. La niña, que se llamaba
Irati, y le encantaban los unicornios, se acercó y le pasó la mano por encima
mandándole un besito. Y ocurrió lo siguiente: “El unicornio cobró vida y haciéndole
a la niña una reverencia, le dio las gracias por haberlo liberado del
encantamiento que le hizo, hace muchos siglos, una bruja maligna”
Sabéis que los unicornios tienen ciertos poderes y le
habló a la niña –Ahora te pertenezco y siempre estaré a tu lado para lo que me
necesites.
Y la niña se puso muy contenta, porque ya nunca estaría
sola durante las noches, siempre tendría la compañía del unicornio.
Sus papás lo aceptaron porque aunque la casa era pequeña,
el unicornio con su magia, cuando llegaron a casa se hizo pequeñito para no ocupar mucho espacio.
Cuando la niña iba al colegio, el unicornio se paseaba
por el jardín y siempre se quedaba mirando a un rosal que tenía la
rosa más bella que había visto nunca, a veces se presentaba invisible, o en
persona cuando no había nadie, y le hablaba a la rosa. Llegaron a enamorarse;
la rosa le pidió que la cortara y se fueran juntos a vivir la vida. Pero el
sabio unicornio que sabía de la escasa duración de la belleza de la rosa, y que
si la cortaba se marchitaría muy rápida, prefirió día a día disfrutar del
perfume temporal de la rosa y de la larga amistad que le ofrecía su amiguita
Irati.
Y siguió por mucho tiempo instalado en la habitación
de la niña, que dormía abrazada al unicornio, soñando que en un viaje volaba sobre él, hasta llegar a las
estrellas.
Elda 6 Marzo 2021
Jesús Gandía Núñez
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