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MI
FE CIEGA EN EL TRABAJO
Cabalgué
como jinete desbocado,
con
la fantasía de un niño travieso
y
la tenacidad de una hormiga obrera.
Sucumbí
ante ciertos fracasos,
por
circunstancias ajenas,
pero
siempre conseguí rehacerme
y
vencer todos los problemas.
Estoy
moviendo cielos y tierra
con
la insistencia de una abeja
para
volver a encontrar mi espacio.
Pero
los años no perdonan
y
ahora camino paso a paso
con
la calma de un monje tibetano.
Sigo
creyendo en la esperanza
y
pongo toda mi fe en ella,
ayudándole
siempre con mi trabajo.
Dicen
que cada ladrillo hace pared
y
yo pongo el mío a diario
esperando
ver algún día,
mi
humilde obra concluida.
Elda
30 Abril 2021
Jesús
Gandía Núñez