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MEJOR
CAMINAR SIN PRISAS
Siempre
viví con excesivas prisas,
y
me precipité como el vino de reserva;
navegué
a toda vela con tormenta
y
me fue difícil llegar a mi destino,
mucho
mejor me habría ido a ritmo lento.
Por
ir siempre corriendo, me perdí lo excelente,
pasé
por alto las hierbas más hermosas,
me
salté el musgo verde y el liquen perla
que
son el fundamento para la nueva vida
y
solo estuve pendiente de llegar a la cima.
Ahora
me doy cuenta de cuanto perdí en el camino,
de
las bellezas que pasé por alto, por las prisas
y
recomiendo a las nuevas generaciones
que
lleven el paso corto y atenta al suelo la vista
porque
con la mirada al infinito, se escapa el presente.
Y
es tan importante conseguir el objetivo,
como
disfrutar con lo que nos ofrece el recorrido.
Elda
16 Abril 2021
Jesús
Gandía Núñez
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