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jueves, 13 de enero de 2022

UNA FAMILIA DE TIERNOS FANTASMAS (Cuento)

 

2028



UNA FAMILIA DE TIERNOS FANTASMAS  (Cuento)

En un caserón abandonado de las afueras del pueblo, hacía un tiempo que se habían instalado una familia de extraños okupas. Nadie los veía durante el día y solo las noches sin luna, se atrevían a bajar al pueblo, cuando todos dormían, era un matrimonio de fantasmas con dos hijos. Huesitos y Calavera.

Aunque con estos nombres jamás fueron a la escuela. Sí que llegaron a jugar con los demás niños.

Todo empezó cuando los peques de su edad, una tarde, se acercaron con sus bicicletas hasta el edificio abandonado. Se pusieron a jugar allí al escondite y Alberto se escondió en un armario. Y cuál fue su sorpresa, cuando se dio de frente con la sábana que tapaba a Huesitos. El susto fue impresionante, porque Huesitos aún estaba dormido. Alberto intentó despertarlo, pero como no lo conseguía, gritó llamando a sus amigos, creyendo que estaba muerto, no solo por su palidez, sino porque aunque respiraba, no le contestaba. Mientras tanto se hizo de noche y con las linternas encendidas rodeaban todos a Huesitos y vieron cómo se despertó muy emocionado, al ver la concurrencia que tenía.

Por fin consiguieron, Alberto y sus amigos, escuchar su historia: “Resulta que vivían en un castillo mágico, muy lejos de allí. Pero una noche de tormenta cayó un rayo y destruyó el castillo, ellos se libraron por los pelos, de que los aplastaran los enormes muros y tuvieron que salir corriendo en busca de algún refugio. Durante un tiempo habitaron en una cueva, pero habían tantos murciélagos que no los dejaban vivir tranquilos. Y al ver este edificio a las afueras del pueblo pensaron que podían quedarse aquí durante una temporada, hasta que volvieran a encontrar otro castillo en mejores condiciones.”

A estas alturas del relato, aparecieron los papás de Huesitos con Calavera y saludaron a todos los muchachos con pálida sonrisa.

Los papás fantasma, se pusieron muy contentos al ver a sus hijos con compañía y salieron por una ventana volando en busca de emociones nuevas.

Alberto y sus amigos, que al principio estaban temerosos, ahora viendo lo divertido que podía ser tener dos amigos fantasmas, les enseñaron todos los juegos que conocían. Cuando vieron que era muy tarde, los chicos, regresaron a sus casas, con la promesa de que aquel secreto no se lo contarían a nadie.

Y a partir de aquel día, fueron muchas las noches sin luna que se acercaban todos al caserón abandonado a jugar con Huesitos y Calavera.

Pero como ocurre con casi todas las cosas, la camaradería tuvo su final, cuando los papás fantasmas, por fin, encontraron un castillo a su medida, donde pasar el resto de sus días. Y Alberto y sus amigos los echaron mucho de menos, pero todos guardaron el secreto.

 

Elda 13 Enero 2022

Jesús Gandía Núñez

  

 

 

 

Elda 13 Enero 2022

Jesús Gandía Núñez

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