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SILENCIOS
DE GUERRA
Veían
que ya no existía el azul en el cielo,
la
negrura abordó el espacio aéreo,
aquí
y allá caían broza y cascotes,
ellos
se cubrían sus cabezas con las manos,
con
almohadillas, con sus chaquetas,
pero
la lluvia de objetos persistía.
A
su paso ligero y bajo un muro caído,
yacía
una anciana gimiendo,
sin
que nadie la socorriera,
corrían
sin brújula, tan solo huían,
huían
del terror y del pánico,
cogiendo
a los niños de sus manos
en
busca del sótano que los protegiera.
Por
fin consiguieron hallarlo
y
bajaron las escaleras a toda prisa,
se
apretujaron a la desesperada,
en
aquella tenebrosa catacumba,
se
miraban unos a otros,
comprobando
el temor en sus ojos.
De
pronto un nuevo silencio,
que
no duró ni un minuto,
y
rompió de nuevo el mutismo
una
bomba cayó sobre el edifico,
dejándolos
atrapados y enterrados
bajo
vigas y cemento, de más de seis pisos.
Elda
4 Marzo 2022
Jesús
Gandía Núñez
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