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EN LAS ENTRAÑAS DE LA TIERRA
Reventó
el volcán maligno,
escupiendo
cañonazos de lava amarga,
y
conmovió a los niños que cantaban
ante
la cara asustada de su maestra.
Suenan
y suenan las sirenas,
corren
todos a los subterráneos
con
la prisa que les permiten sus piernas;
pero
un anciano, tranquilo y rezagado, piensa…
que
si se ha de convertir en ceniza,
mejor
que sea hoy que mañana,
porque
a la vejez, no se soportan las guerras.
Horas
de espera en el refugio,
horas
de total incertidumbre,
entre
húmedas paredes
y
un silencio de muerte…
esperando
que suenen de nuevo las sirenas.
Llega
la larga noche
y
en el exterior se recrudecen los combates,
allí
bajo tierra, apenas se respira,
por
miedo a que los localicen
solo desean, que el bombardeo finalice.
Elda
3 Febrero 2022
Jesús
Gandía Núñez
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