Cabezas plateadas

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Cabezas plateadas

Siete montañeros ociosos y sesentones

algo locos y descabellados

se fueron al Pirineo a conquistarlo;

pretendiendo emular grandezas de antaño.

Hicieron lo que pudieron;

pues todos en su mochila llevaban

lastre de dolores variados,

que sus rodillas oxidadas,

 tuvieron que cargarlos.

Pronto comprendieron que tanto disfrute

traería consecuencia malsana

por que donde sus males se aliviaban

era comiendo y bebiendo en la mesa o en la barra.

Subieron, cumbrearon y descendieron

tras duras e interminables caminatas;

pero el último día blandeó su sufrida gesta

terminando en diarrea comunitaria.

Se fueron como gallitos

y terminaron para que los echaran al caldo.

Dieron por finalizada su tarea

y se volvieron con nuevas ideas:

"Regresarían sin pretensiones de grandeza

y se conformarían con cumplir en la mesa".

Y aquí estamos, cumpliendo la promesa;

sacrificados con nuestras parejas

y preparando la próxima fiesta.

ELDA 30 de septiembre 2016

Jesús Gandía Núñez








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