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jueves, 17 de noviembre de 2016

Sólo me quedó tu sombra



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            Sólo me quedó tu sombra

Con la última luz de la tarde
se dibuja tu silueta en mi puerta
como si fueras la diosa de las sombras.

Me perturba tu contorno
me enloquece de pies a cabeza;
intento abrazar tu sombra
y sólo encuentro la madera de mi puerta.

Recorro con pasión tu figura
buscando tu dulce boca
pero está tan ausente tu cuerpo
que me cuesta recordar tu hermosura.

Y cuando abro la puerta
mis manos tiemblan vacías,
porque en la oscuridad de la casa
tu sombra se pierde y se difumina
igual... que en el último suspiro de tu vida.

¿Por qué me dejaste aquel día
si eras lo que más quería?
¿Por qué te fuiste tan joven
dejando mi vida partida?

¿Que puedo hacer para que mi diosa
recobre la vida?

quizás, sentarme a la puerta
y pintar sobre su sombra
de color rojo su boca,
y de rubio y oro...
su melena preciosa.

Quizás, si pinto sus ojos
del color del cielo
y las pestañas como la luna
vuelva la esperanza perdida.

Y si consigo ver su sonrisa...
no abriré la puerta ningún día
para que luzca eterna la sombra
de la diosa que más quería.

ELDA 27 septiembre de 2016
Jesús Gandía Núñez

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