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Miradas desde mi banco
Veo como cantan los estorninos;
y la libertad del pájaro que vuela,
sobre la sonrisa de un niño,
que juguetea con la abuela.
El abrazo tierno y discreto
de una pareja quinceañera,
sin importarles si les observan.
La pelota que me golpea
mientras los niños asustados
esperan mi reprimenda.
El movimiento de los árboles
que la suave brisa balancea
con delicada sutileza.
Desde mi atalaya
se ve la vida
risueña y en armonía
y en el olvido quedan
las grandes tragedias.
Elda 19 de noviembre de 2016
Jesús Gandía Núñez
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.
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