160
El dolor compartido
No hay nada que una tanto,
como compartir duras penas,
ni el amor...ni el cariño lo superan.
Llevar un sufrimiento paralelo
forma vínculos eternos;
y arraiga profundos sentimientos.
Nada es tan puro y verdadero
como enjugar las lágrimas
de su compañero@
cuando su corazón también sangra.
Manos unidas por el sufrimiento
que les ayudan a que no caigan.
Ojos llenos de tristeza
que se alimentan con sus miradas.
Esa es la energía interna
que a pesar de tanta pena
uniendo sus fuerzas la superan.
Y cuando no quedan lágrimas
forjan con sus manos
ese lazo que renueva
la sangre de sus venas...
y con él la esperanza
de que el dolor no vuelva.
¿Existe tristeza más atroz
que la pérdida de un hijo?
Sí...ellos perdieron a dos.
Golpeados por el destino
pero siempre muy unidos
van superando el dolor.
Con todo mi cariño a mis tíos Antonio y Salu
ELDA 26 septiembre 2016
Jesús Gandía Núñez
No hay comentarios:
Publicar un comentario