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En el parque
Escucho el sonido del agua,
al pajarillo que canta;
al árbol contrariado
porque se queda sin hojas
en este otoño avanzado;
pero sobre todos resaltan
esas notas armoniosas,
del violín que toca,
un pedigueño en un banco.
El sombrero en el suelo,
sonrisa dulce en su boca
y en su música absorto,
como en un concierto de palacio.
La gente pasa de largo,
pero un niño se detiene
y lo escucha asombrado;
se acerca al sombrero
y deja una moneda
con su tímida mano.
El músico pedigüeño se inclina
ante el embobado niño
y con sonrisa franca y amplia
le regala una música con estribillo.
"gracias niño por tu entusiasmo,
y que en el futuro sea la música
quien te acompañe a diario".
Y el niño corre hasta su madre,
que lo estaba contemplando,
diciéndole a gritos
¿has escuchado madre qué regalo?
Elda 25 de Noviembre de 2016
Jesús Gandía Núñez
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