Descatalogado

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Descatalogado

El rugoso tronco del árbol añejo
es el alma que refleja sus tropiezos.
Y la tez arrugada que muestra el viejo
son surcos que delatan su sufrimiento.

La piel es como un gran espejo
donde se plasman los sentimientos,
donde las heridas cicatrizan con el tiempo,
pero no se ocultan los fracasos.

Los años no conceden subvenciones,
y al tiempo que nos envejecen,
menguan los objetivos deseados;
pero se multiplican las ilusiones.

Y al igual que admiramos
al grueso tronco carcomido;
debemos respetar al anciano,
por mucho que esté descatalogado,
y hacernos eco … 
de su sabiduría infinita.
                    Elda 17 Noviembre 2018-Jesús Gandía Núñez


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