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LECCIÓN APRENDIDA
Jorge y Luisito eran dos niños inocentes. Pero se dejaban llevar
por malas compañías. Habían faltado a clase aquella mañana porque Pepe y su
pandilla los habían convocado en el parque para ir de aventuras.
Pero cuando Pepe, el capitán del
grupo explicó lo que tenía planeado para aquel día; a Jorge y Luisito les
saltaron todas las alarmas. Ellos no estaban dispuestos a hacer aquella
fechoría.
Pepe pretendía que entraran todos a
los servicios del parque y con una piedra destrozar todos los utensilios,
incluso los lavabos; en represalia porque el guarda del parque les había llamado
la atención el día anterior por dar patadas a las papeleras.
Jorge y Luisito se negaron a
semejante atropello y Pepe les increpó con malos modos que para qué habían venido;
que ya no había vuelta atrás y todos debían cumplir lo planeado.
Se quedaron ambos pensativos y
Jorge le hizo una señal a Luisito para salir corriendo y así lo hicieron. Pero
en cuanto Pepe y los suyos se dieron cuenta de su huida los persiguieron por el
parque tirándoles piedras y a pesar que ambos competían en el equipo del
colegio y tenían velocidad y resistencia, una de las piedras alcanzó a Luisito
en la cabeza y comenzó a sangrar con insistencia. Jorge sacó su pañuelo y lo
colocó como apósito en la cabeza de su amigo hasta que llegaron a su casa.
Su madre salió alarmada y
rápidamente llevó a Luisito al consultorio médico más cercano,
donde le pudieron cortar la hemorragia y ponerle 4 grapas para que
la herida cerrara correctamente.
Las explicaciones de Jorge y
Luisito a sus padres no fueron convincentes y estuvieron castigados todo el fin
de semana.
Pero sobre todo, aprendieron, que
nunca más se dejarían llevar por tan malvados compañeros.
Elda 21 Noviembre 2018 – Jesús Gandía
Núñez
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