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El silencio es síntoma de humildad.
Antes de hablar hay que pensar a quien puedes dañar.
A veces disparamos palabras y por error,
le rebotan a inocentes que pasaban.
Siempre he preferido la unión a la confrontación
y sigo creyendo en esa teoría.
No me impone su razón el que más habla
sino el que más cede para la conciliación.
Que el silencio y la escucha sean el timón,
que imperen la armonía y el amor.
Y si no hemos de mejorar la belleza del silencio
mejor no pronunciar ninguna palabra
Elda 22 Diciembre 2018
Jesús Gandía Núñez
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