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Hoy di día libre a mi sombra,
aunque le advertí que llevara cuidado,
pues después de año y medio acartonados,
no se puede comenzar dando saltos.
Ha salido tan ufana y compuesta
que me ha dado la impresión
que se volvería a la primera cuesta.
Pero esta primera y espléndida tarde de invierno
bien valía la pena intentarlo.
Para hacer boca se fue comenzando por una vereda.
Y ha regresado casi anochecido,
tanto es así que pasaba desapercibida,
pues tan solo unos pocos rayos la delataban.
a pesar de mi advertencia,
le había dado la vuelta a Bolón
y ahora pagaba las consecuencias.
Fatigada y sin apenas habla,
me pidió un ratito de calma.
Cuando ya le llegó oxigeno
a su cuerpo gris y oscuro,
me explicó con cara cansada,
que solo se cruzó con una chica
y un corredor de piernas largas.
Voy a tener que ir dándole a mi sombra,
un poco más de cuerda
para que se vaya acostumbrando a pequeños paseos
por estas lomas montañeras.
Elda 21 Diciembre 2018
Jesús Gandía Núñez
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