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Grave esguince
Tuve un esguince
en mi cerebro
y me vendaron los
sueños.
Amé con la venda
puesta
sin saber que
amaba a un madero.
Después de aquel
escarmiento,
sentí en mi pecho
que se clavaba un dardo,
que aún está sangrando
recuerdos
y horadando mi
cuerpo.
Ya no quiero saber
de romances
ni de amores
falsos.
Sólo quiero
ilusiones
que desaten mis sueños.
Con ellos bajaré a
los mares
o subiré a los
cielos,
con ellos
acariciaré a la luna su pelo
o me sentaré en un
banco del Universo.
Si recupero mis
sueños…
hasta es posible, que camine con los ojos abiertos,
buscando nebulosas sin asfalto
o islas sembradas
de luceros.
Elda 18 Octubre
2018
Jesús Gandía Núñez
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