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POR FIN LA LLUVIA
La tierra alicantina, seca y agrietada,
gime y solloza con tristeza,
a su suerte abandonada,
pidiendo soluciones con urgencia.
Esta terrible e implacable sequía
convertirá en desierto las montañas,
las hierbas aromáticas en espinos
y el pino y la carrasca serán fósiles fantasmas.
Tras más de tres meses de auténtico caos,
hoy el cielo se apiada con un escaso riego,
que dará un poco de vida
a este terreno tan necesitado.
Golpea la lluvia en los ventanales
haciéndose eco de las palmas
que matorrales y plantas
hacen con alegría desbordada.
Elda 31 Marzo 2019-Jesús Gandía Núñez
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