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DESDE EL MIRADOR
Mece el viento el verde sembrado de avena
que gracias a las lluvias, luce hermoso.
Las palomas y pájaros buscan con afán el grano,
haciendo oído sordo a los ruidosos espantapájaros.
Se adelanta al crepúsculo el conejo, saliendo de la madriguera
y compite, temerario, con aves y rapiñas
para tomar su ración de pienso diaria.
La perdiz hace rato que corretea por el campo
con la enorme prole que le acompaña.
Y yo, sobre un montículo agazapado,
gozo y saboreo silencioso…
un dulce atardecer de primavera.
Elda 4 Junio 2019
Jesús Gandía Núñez
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