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EN EL EMBRIÓN DE LA CULTURA
Siguiendo la huella de las letras
cervantinas,
y a la buena sombra de un ciprés
complutense,
tiendo mi mano al Ingenioso Hidalgo,
que ha quinientos años, Don Miguel de
Cervantes dio vida.
Todavía, por este transitado camino de
Complutum,
y en las ruinas del primer asentamiento
romano
se adivina el estruendo, a su paso, de la
legión romana.
Y ahora en Alcalá de Henares, y sobre sus
espadañas,
hacen continua guardia un ejército de cigüeñas
uniformadas;
ellas nos dan la bienvenida infundiendo
nostalgia y calma,
dibujando en las alturas plásticas figuras
de insólita ternura.
Y por sus soportales transitamos, mortales
de variada pinta,
asombrados de la magnitud de su
arquitectura.
Sólo nos place compararla con la grandeza
de la literatura
y los logros de los más afamados hijos de
esta villa.
Si el cardenal D. Francisco Cisneros,
alcalaíno de adopción,
fue quien dio su espaldarazo abriendo la puerta
a la cultura,
diseñando y construyendo el primer campus
universitario,
no podemos olvidar a sus innumerables
hijos predilectos:
Miguel de Cervantes, Manuel Azaña,
Catalina de Aragón,
Fernando de Habsburgo y Juan Ruiz
Arcipreste de Hita.
Todos ellos sentaron cátedra
en este multitudinario escenario de la
enseñanza;
y de sus logros, muy orgullosos,
aprendemos a diario.
Elda 1 Julio 2019
Jesús Gandía Núñez
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