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UN NUEVO ORDEN
Corrían las mentiras como el agua por la
acequia,
se humillaba y golpeaba a las mujeres con
desprecio,
no se permitía que la pobreza abriera su
boca ni sus quejas
y a diario se maltrataba con crueldad la
naturaleza.
El planeta andaba completamente a la
deriva,
cada país, por su cuenta, parcheaba sus
problemas;
Nadie fue capaz de poner cordura global a
los atropellos.
Pero el fuego interno de la Tierra hervía
descontrolado;
y alguien sabio, y no se sabe desde que
lugar del firmamento,
dio la señal de alerta, reduciendo con
ciclones y terremotos,
la parte habitable de nuestro Planeta a
una isla pequeña,
rodeada de un mar embravecido sin opciones
de fuga.
Fue un reinicio de la vida, en un
purgatorio anticipado,
donde todos fueron recapacitando los
errores cometidos.
Se sentaron a una gran mesa y fueron
atando cabos:
se acabaron los gases que contaminan,
había que eliminar el plástico y la
industria de las chimeneas,
sólo se utilizaría como energía el sol, el
viento y las mareas,
no se fabricarían más coches ni barcos ni
aviones;
y no se
consentiría ni el hambre ni la miseria.
Por último a los que promovieran guerras se les mandaría al mar
a la espera de que
los engullera y fueran ejemplo para los demás.
Elda 6 Julio 2019
Jesús Gandía Núñez
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