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TRAYECTORIA AL VACÍO
Nací
en un tierno y espléndido nido,
desde
el que emprendí el vuelo,
con
el conocimiento aprendido
y
desafiando cualquier eventual peligro.
Hollé
benditos cerros y cimas,
sorteé
barrancos y precipicios
atravesé
mares y ríos bravíos,
sin
que me temblaran las piernas.
Ahora
soy incapaz
de
darle la vuelta a la esquina,
de
hacer el mínimo esfuerzo
ni
de subirme a una simple escalera.
Veo
como la gente se degenera,
pero
no comprendo, lo de mis piernas,
cuando
siempre fueron columnas griegas
que
soportaban cúpulas y capitolios ante tormentas.
Será
que yo también me erosiono,
paralelo
a los mortales que me rodean
y
aunque ahora, solo son las piernas las que flaquean,
pronto
serán los ojos, los brazos y hasta perder la cabeza.
Elda
16 Julio 2021
Jesús
Gandía Núñez
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