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AMOR ODIO
Nunca
fui partidario de tener perro,
quizás
por mis malas experiencias,
la
más antigua cuando era pequeño;
al
entrar en la casa de un amigo
se
asustó la perra, que acababa de parir,
y
corrió tras de mí, hasta morderme.
De
más mayor, también tuve ocasión,
que
otras dos perras me mordieran,
decían
sus dueñas, antes de que ocurriera,
“no
se preocupe aunque ladre, que es muy buena”
Después
del hecho consumado, apostillaban,
“algo
habrá visto, porque ella no muerde”,
claro,
llevaba una lámpara en cada mano,
y
no podía defenderme;
en
las dos ocasiones me quedé
con
sus dientes marcados en la pierna.
También
tengo que contar cosas buenas:
en
una difícil excursión a Pirineos,
la
compañía de dos mastines fue muy positiva,
tras
una gran nevada quedó perdida la senda,
gracias
al empuje de los canes, no perdimos el aliento.
Todo
esto viene a cuento,
porque
hoy se nos unió un pastor alemán, sin conocerlo,
apareció
por una senda tras nosotros
y
nos fue siguiendo, unas veces delante,
y
otras detrás, esperando en los cruces, muy atento.
Cuando
llegamos al punto geodésico,
su
respiración era la de un tren de mercancías,
y
con el calor que hacía, su lengua kilométrica,
así
que le he puesto agua en el hueco de una roca
y
el animal, desesperado, me lo agradecía a lengüetazos.
En
otra ocasión otro mastín enorme,
subió
con nosotros a la Sagra en invierno,
comportándose
amistoso hasta la cumbre;
pero
al poco de estar allá arriba,
no
se si sería por la altura,
se
volvió agresivo, como si le hubiera dado la locura,
debimos
defendernos con piolet y bastones,
y
solo se calmó cuando descendimos unos metros.
Hace
unos meses en la subida a la Torreta,
cuando
se disputaba una prueba mundial de bicicletas,
otro
pastor alemán me dio un bocado en la muñeca,
sin
llegar a la carne, pero en casa comprobé,
que
se cargó la correa de mi pulsera,
dejándome,
sin reloj, ni cuentapasos.
Esta
historia, de amor odio hacia los perros,
dura
ya, más de setenta años,
así
que siempre suelo ser, con ellos muy cauto,
y
prefiero amistades con los pájaros picoteros
a
pesar de que se coman el fruto de mis árboles.
Elda
2 junio 2022
Jesús
Gandía Núñez
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