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Y
TIRÓ DE LA CADENA
Tras
una larga comida de negocios,
que
no fue nada productiva,
el
Director principal de la empresa,
que
trataba de expandir su producto,
se
retiró al retrete, sudando y con el cuerpo revuelto.
Allí
comenzó un dubitativo pensamiento,
y
una reflexión a la que más tarde le pondría reglas.
Todo
vino a cuento, porque lo que expulsó
apestaba,
y era de lo más repulsivo.
Su
reflexión fue la siguiente:
si
todos llegaron a la comida
con
un cuerpo semejante al suyo,
cargados
de tristes e inútiles alimentos indigestos,
y
encima le añadieron más solvencia con la bebida,
¡NUNCA
podía salir de allí un buen acuerdo!
¡Todo
se había ido a la mierda!
En
cuanto el Director terminó su faena
¡Y
TIRÓ DE LA CADENA!
Llamó
a su secretaria y le dijo - ¡Escriba!
Principal
regla para la siguiente junta:
“¡Como
si fuera una intervención quirúrgica!,
que
quince horas antes, nadie pruebe comida,
que
todo el mundo llegue bañado y aseado,
y
nadie beba, hasta que se finiquite el acuerdo”.
Jesús
Gandía Núñez
Elda
29 junio 2022
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