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LOS
EXCESOS SE PAGAN
Se
retuercen los álamos,
se
resquebrajan sus ramas,
mientras
el viento insiste
en
querer arrancarlas.
Árboles
de la ribera del río,
socavados
por el agua y el viento,
en
cuestión de pocos días,
sus
raíces cederán a los elementos.
Antes
fueron la envidia
de
sus hermanos situados en alto,
porque
allí, la humedad, apenas la recibían,
pero
ni es tan mala la humedad a distancia,
ni
tan bueno el exceso de abundancia.
Ya
cayeron sobre el río y esperan,
que
una avalancha de agua,
producto
de las fuertes lluvias,
los
dirija hacia el mar, como si fueran barcas.
Elda
14 junio 2022
Jesús
Gandía Núñez
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