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UN
MADERO, CON CHAQUETA, PANTALON Y SOMBRERO
Quisiera
ser a mi muerte, un espantapájaros cualquiera,
donde
se refugiaran todos los animales del bosque,
situado
en un sembrado donde las espigas fueran productivas,
y
el viento acariciara complacido mis invisibles mejillas.
Desearía
desde esa perspectiva,
escuchar,
el canto del ruiseñor al alba,
charlar,
con el sol a media mañana,
y
disfrutar, de las noches estrelladas con la luna.
Enterarme,
en silencio de los problemas que nos acucian,
dar
a los desvalidos, alivio con mi sombra,
que
mi sembrado, acabara con la hambruna
y
desaparecieran del mundo las miserias.
Desde
ése espantapájaros, sin cuerpo y sin vida,
sin
voz y sin emitir palabrerías,
no
dudaría en parar todas las guerras,
si
mi espíritu mágico, me acompañara.
Quisiera
ser ese monigote viviente,
que
a pesar de no tener extremidades ni frente,
tuviera
un alma poderosa y transparente,
para
combatir injusticias y tiranías.
Elda
9 junio 2022
Jesús Gandía Núñez
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